La Comisión de la UE propone directrices de negociación sobre la modernización del TCE

El 14 de mayo, la Comisión Europea lanzó un borrador de directrices de negociación estableciendo el enfoque propuesto para “modernizar” el Tratado sobre la Carta de la Energía (TCE).

El TCE es un acuerdo entre más de 50 partes contratantes que ha estado vigente desde 1998, y que procura fomentar una mejor cooperación internacional sobre la energía en áreas tales como la protección de las inversiones y el comercio internacional. En octubre de 2017, el Grupo de Estrategia de la Carta de la Energía creó un Subgrupo sobre Modernización para discutir la posible actualización del TCE, aprovechando la oportunidad de la revisión de 2019 establecida en el Artículo 34.7 del tratado.

En noviembre de 2018, el órgano de gestión y decisor del TCE adoptó la “Declaración de Bucarest.” La Conferencia sobre la Carta de la Energía, tal como se denomina a este órgano, dijo que modernizar el TCE resulta “fundamental para abordar adecuadamente los avances en el sector energético, especialmente en vista de los rápidos cambios que han ocurrido en los últimos años”, además de reflejar los estándares actualizados en relación con la protección de las inversiones y las reglas de tránsito revisadas.

La Conferencia de la Carta de la Energía también aprobó en ese momento la listas de temas que abordaría en los esfuerzos para la modernización, incluyendo varias disposiciones sobre inversión, después de las consultas con los Estados observadores del TCE y la industria de la energía. Las negociaciones formales están programadas para comenzar en 2019.

Las directrices propuestas por la Comisión Europea para estas negociaciones aún requieren la aprobación del Consejo, lo cual implica que las mismas podrían cambiar. La Comisión argumenta que las protecciones de las inversiones contenidas en el TCE “no se corresponden con los estándares modernos tal como se refleja en el enfoque reformado de la UE sobre protección de las inversiones”, y señala que esta discrepancia debería ser el foco de las próximas negociaciones.

La Comisión Europea agrega que estas negociaciones no deberían cubrir ninguna disposición de pre-inversión, pero que si de hecho surgiera en las conversaciones, entonces los términos de solución de controversias del TCE no deberían aplicar.

Bruselas está instando a que el TCE incorpore una disposición sobre el “derecho a regular”, junto con una revisión de sus actuales términos sobre expropiación, los cuales entre otros cambios serían “definidos apropiadamente para aclarar la naturaleza de la expropiación indirecta”. Otras áreas a las cuales la Comisión está apelando que se incorporen estándares más claros sobre protección del inversor y de las inversiones incluyen las disposiciones de NMF y trato nacional, TJE y denegación de beneficios.

En cuanto al tema del desarrollo sostenible y la responsabilidad social empresarial, la Comisión alega que el TCE debería “incluir disposiciones sobre desarrollo sostenible, incluyendo el cambio climático y la transición hacia energías limpias”, y que sus partes contratantes también deberían asumir compromisos sobre transparencia y conducta comercial responsable lo cual ayudaría a garantizar que los derechos humanos y los estándares laborales internacionalmente reconocidos sean respetados.

Algo también destacable de la propuesta de la Comisión Europea es la recomendación de que todo esfuerzo de modernización del TCE sobre la ISDS sea aplazado hasta después de que el proceso de revisión del reglamento de arbitraje del CIADI y los debates sobre el TMI propuesto por la UE hayan “arroja[do] resultados tangibles”.